26 feb 2012

Hijos de Zeus. I, Apolo y Ártemis

 Apolo y Ártemis
            
              Zeus, el Rey de los Dioses, casado con su hermana Hera, es muy conocido por sus tantos amoríos incestuosos y los hijos de esas relaciones. Muchos fueron humanos, héroes o dioses, como es en este caso: Apolo y Ártemis son hijos de la titana Leto. Pero la esposa de Zeus es muy celosa (normal, ¿no? que tu marido te esté engañando constantemente no debe ser nada agradable) y cuando se enteraba de alguna de las relaciones perseguía a la amante fervientemente. Leto fue víctima de esa persecución. En esta ocasión, Hera mandó a una serpiente llamada Pitón para que la devorara, pero Leto consiguió esquivarla. Por tanto, Hera lanzó una maldición contra la amante: "Cualquier país, cualquier pedazo de tierra firme que acogiera a Leto en el momento de alumbrar a su hijo, sería despedazado y lanzado al viento". Así, Leto buscó en el mundo un trozo de tierra donde poder dar a luz a sus hijos y, finalmente, encontró la isla de Delfos, que se ofreció a cambio de que después fuese tierra firme, pues esta tierra tenía algo de especial: era flotante, por lo que la maldición no le afectaba. Y fue aquí donde Leto pudo tener a sus hijos: Apolo y Ártemis.
"Latona" de Johann Blaschke
Fuente "Latona" diseñada por Francoise Mansart



















  
     En la imagen de la izquierda se puede observar a Leto (Latona) huyendo con sus hijos de la monstruosa serpiente que, por orden de Hera, iba a devorarlos.
  
          Los dos niños anhelaban el amor de su padre Zeus, pero él no quería saber nada de ellos. En un principio, Apolo amaba a su padre y buscaba su amor, pero renunció a esto cuando vio que era constantemente rechazado. Esto era debido a que Apolo era el hijo primogénito de Zeus y temía que lo destronara como él había hecho anteriormente con su padre Cronos. Los dioses y demás seres se burlaban de Leto porque su hijo tenía aires afeminados, mientras que su hija Ártemis parecía muy masculina.
          El Apolo recién nacido se dispuso a vengar el sufrimiento que le habían causado a su madre matando a la serpiente Pitón, pero este monstruo era hijo de Gea, la tierra, que se enfadó con el joven dios.
"Apolo y la serpiente Pitón" de Rubens.
             Gea abrió un agujero cerca del dios y le dijo que se disculpara por lo que había hecho. La diosa alegó que en ella se encontraba toda la sabiduría y podía hacerla fluir a través de ese agujero. Apolo quería esa sabiduría, así que le preguntó a Gea qué podía hacer para que se la concediera y ella le contestó, aconsejándole que fundara un oráculo en el mismo lugar donde había matado a la serpiente, que llamara a una sacerdotisa y que, en memoria de aquel monstruo, la llamara Pitia.

"La Sibila de Delfos" de Miguel Ángel.
        Fue así como nació el famoso Oráculo de Delfos, lugar que servía para aconsejar a los mortales y llegó a ser tan importante, que las decisiones de estado no se llevaban a cabo hasta que no fuesen consultadas al Oráculo. Se decía que el aliento de la serpiente emergía de un profundo abismo lleno de mensajes encriptados. En el templo la sacerdotisa inhalaba los gases y pronunciaba los sorprendentes oráculos, que a menudo adoptaban la forma de acertijos. En el templo estaba inscrita la siguiente frase: ¡Conócete a ti mismo! esto significa que el ser humano nunca debe pensar que es algo más que un ser humano y que ningún ser humano puede escapar a su destino.

Restos del Oráculo de Delfos.
               Apolo era el dios de la música, la poesía, las artes, las profecías y la medicina. Un dios cuyas relaciones amorosas siempre fracasaban y que poco a poco iré hablando de ellas. Era el encargado de acabar con la vida de los humanos lanzándoles flechas.

"Apolo" de Praxíteles.


"El carro de Apolo" de Bernardini Galliari.












(Perdonadme por la mala imagen de Galliari, pero no pude encontrar otra y veía poco ortodoxo escanearla del libro de Malcom Day)


DIOS DE LA LUZ. Este rito representaba el triunfo de los dioses olímpicos de la luz sobre los de la oscuridad terrenal. Apolo era representado como el dios de la luz. Su ejemplaridad moral e intelectual le convirtió en el padre de la civilización. Tras tomar el Oráculo de Delfos, se le asoció a la música, la medicina y el tiro con arco. Su papel de patrón le puso en contacto con numerosas ninfas y mortales, pero pese a sus numerosos encuentros sexuales, Apolo nunca tuvo ninguna relación duradera. [...]. Day, M.; 100 personajes de la Mitología Clásica. Círculo de Lectores. Barcelona. 2007. Pag.36
               Ártemis (Artemisa, según qué libros se manejen) diosa de la caza, el bosque y los animales salvajes. Nació antes que Apolo y tuvo que ver el sufrimiento de su madre durante nueve días antes de que naciera su hermano, seguramente, por esta razón decidió mantenerse casta y pura durante toda su vida. Según algunas versiones, Ártemis también estaba asociada a la muerte, ella se encargaba de la muerte de las mujeres y Apolo la de los hombres. Se trataba de una diosa fuerte asociada con lo agreste, lo que la convertía en una divinidad peligrosa por lo que le dedicaban rituales para apaciguarla. Va siempre acompañada de un séquito de mujeres también vírgenes cuyo oficio y entretenimiento era la caza. Existen varios pasajes relacionadas con estas mujeres pero que trataremos también más adelante.

"Diana Cazadora" Escuela de Fontainebleau.
"La cacería de Diana" de Domenico Zampieri.




















Y ahora un poco de Rubens que, como habréis ido comprendiendo, es uno de mis pintores favoritos.
"Diana cazadora" Anónimo. Taller de Rubens.
"Diana y sus ninfas cazando" de Rubens.



19 feb 2012

Prometeo y los seres humanos

        Después de explicar el origen del mundo y los primeros dioses olímpicos, ya le toca el momento a los seres humanos, aunque anteriormente a estos faltan otras divinidades como Atenea, Hefestos o Hermes. Sin embargo me gustaría hablar de Prometeo, personaje mitológico quizás no tan conocido pero muy relevante.
        Según el Diccionario de mitología de Grimal,"Prometeo es un "primo" de Zeus, es hijo de un titán, Japeto, como Zeus lo es de otro, Crono. Prometeo tiene varios hermanos: Epimeteo, que, en contraste con él, es el "torpe" por excelencia, Atlante, Menecio [...]". Prometeo es el creador del ser humano, él realizó al primer hombre en arcilla y gracias al soplo de Atenea le otorgó vida. Todo esto en contra de la voluntad de Zeus. Este quería dejarles sin comida, por lo que exigía de los sacrificios animales la parte más nutritiva, pero Prometeo corrió en su ayuda y le tendió una trampa al dios de dioses. Amontonó los intestinos y los huesos cubriéndolos de grasa mientras que la buena carne la introdujo dentro de un estómago. Prometeo le dio a escoger qué montón prefería y cayó en la trampa del titán, pues escogió el primer montón que no poseía valor nutritivo alguno. Muy relevante es esta frase de Köhlmeier con respecto a la decisión del dios: "Zeus no puede volverse atrás de una decisión ya tomada: es un dios, los dioses no se confunden, y si lo hacen, no deben reconocerlo". Orgullo, los dioses griegos tienen cualidades humanas.
       Pero ahora se planteaba otro problema: ¿cómo comer la carne? ¿cruda? Prometeo vuelve al rescate del hombre entregándoles el fuego de los dioses, sacado de la misma fragua de Hefestos.
"Prometeo lleva el fuego a la humanidad" 
de Friedrich
"Prometeo trayendo el fuego" de Jan Cossiers



          Parace la antorcha de los Juegos Olímpicos ¿verdad? La idea que se obtiene de esto es que el fuego es un regalo divino, algo tan sorprendente y sobrenatural que solo puede ser obra de los dioses.
       A Zeus no le gustaban los seres humanos y cuando descubrió que Prometeo les había entregado el fuego sagrado de los dioses decidió que ya era suficiente, así que castigó al titán que osó engañarle en dos ocasiones. Le encadenó a las rocas del Cáucaso con los brazos extendidos, pero no acaba ahí, durante el día un águila o un cuervo (según qué fuentes se utilicen) le arrancaba y comía el hígado que le volvía a crecer por la noche, una tortura eterna debido a defecto de la inmortalidad.

"Prometeo" de Tiziano

"El tormento de Prometeo" de Rubens



















          Increíbles, majestuosas obras de dos pintores que admiro, qué pena la mala calidad de las imágenes, pues no se puede apreciar el toque rojo personal de Tiziano, un rojo que utilizaba en cada una de sus obras. Existe también otro de José de Ribera espeluznante.
"Prometeo" de José de Ribera, el Espanoleto

           Köhlmeier hace una reflexión que personalmente, me da qué pensar:
"[...] en ninguna parte se dice que los humanos amaran especialmente a Prometeo. En casi todas las mitologías hay figuras paralelas a éste: [...] está Lucifer, que significa "el portador de la luz" y que también constituye una figura paralela a Prometeo. El portador de la luz es el ángel que trae el fuego, y es a él a quien el cristianismo ha convertido en demonio ¿Por qué no amamos a esta figura? Debería sernos mucho más cercana que el resto de los personajes del firmamento de los dioses". Köhlmeier, M.; Breviario de mitología clásica. Tomo 1. Círculo de Lectores. pag. 114.
          Ahí lo dejo, pero continuemos con la historia. Para suerte de Prometeo, fue liberado bien por Heracles o por Zeus según otra versión que me parece más coherente: Zeus le indultó porque cuando perseguía a la ninfa Tetis, Prometeo le advirtió: "El hijo que esta ninfa traiga al mundo será más fuerte y poderoso que su padre". Advertencia que tomó muy en serio Zeus, puesto que él era el segundo en la línea sucesoria que había desbancado a su padre y, por su puesto, no deseaba que también le ocurriese lo mismo, así que renunció a ella y para agradecérselo le liberó.

        El mito sigue vivo, tanto que el grupo Tierra Santa le ha dedicado una canción llamada La ira del cielo:

5 feb 2012

El nacimiento de los primeros dioses

          ¿Nunca habéis oído eso de que la historia siempre se repite? Bien, pues esto es un buen ejemplo. Tras el destronamiento de Urano por su hijo Cronos, éste también se convirtió en un tirano. Cuando su esposa y hermana Rea le daba un nuevo hijo éste lo devoraba sin pudor, pues no quería que la profecía formulada por su madre se cumpliese. Estos hijos conformarían parte del panteón clásico griego: Hestia, diosa del fuego del hogar y de las costumbres familiares; Deméter, diosa de la tierra fértil, Hera, la protectora del matrimonio; Hades, que más tarde será el dios de los infiernos; Poseidón, el dios del mar y, por último Zeus.
         Son bien conocidos los cuadros de Goya y Rubens, dos genios de la pintura que son obligatorios visitar en el Museo del Prado de Madrid. Pero continuemos con la historia.

                                                     "Saturno devorando a sus hijos"
Goya                                   Rubens
          Escalofriantes, ¿verdad?
         Rea no deseaba ese destino para sus hijos, por tanto ocultó al último de ellos: Zeus, y a Cronos le entregó una piedra envuelta en paños para que la devorara. Cronos la tragó cayendo en el engaño. 

Relieve que representa a Rea entregándole a Cronos una piedra en vez de a su hijo Zeus.
        Rea llevó a su hijo hacia las montañas donde habitaban unos seres que se encargarían del niño: los curetes, pequeños espíritus de la naturaleza. Así, Zeus se convirtió en un dios joven, fuerte y enamorado de una ninfa llamada Metis, que se apiadó del desafortunado destino de los hermano de Zeus y le entregó un jugo vomitivo para que lo mezclara en la comida de su padre.
        Con cautela, Rea lo mezcló y Cronos vomitó a todos los hijos que había devorado. Todos ellos se aliaron contra su padre bajo el mando de Zeus y comenzó así la guerra contra los Titanes. Zeus rescató a los Hecatonquiros del Tártaro que también se unieron a Zeus. La guerra terminó con la victoria de Zeus sobre su padre. Otra vez, padre destronado por su hijo.
             
       Según el libro de Michael Köhlmeir: "Breviario de mitología clásica" cuenta que entre Zeus y Cronos hay un pacto, pues los dioses no pueden morir ni herirse, tan solo es una cuestión de poder y Cronos es jubilado a la isla de los Bienaventurados. A partir de entonces, Zeus es confirmado como jefe de todos los dioses.
       Por último, hay un reparto entre los tres dioses Zeus, Hades y Poseidón. Zeus gobernaría sobre el Cielo y la tierra. Poseidón recibió el mundo marino y por último, Hades se convertiría en el dios de los Infiernos.
             "Así es como Zeus repartió el mundo, y así es como el hombre se encuentra el firmamento de los dioses cuando hace su aparición". Köhlmeir, M.; Breviario de Mitología Clásica. Ensayo Edhasa. Barcelona. 2007.