9 jul 2013

Poseidón, dios del Mar

"Neptuno y Tritón", Bernini.


    Con esta entrada finalizamos los dioses olímpicos hablando de Poseidón, hijo de Cronos y Rea pero criado por Telquines y Cafira, hija del Océano. Tiene una rica descendencia con diferentes parejas, todos ellos tienen un carácter violento como el mar y entre muchos de estos hijos aparecen varios monstruos como el cíclope Polifemo. Aunque una de sus parejas es considerada como una “esposa legítima”: la nereida Anfitrite. Se le suele representar con su tridente característico, con barba, acompañado de un pez (normalmente el delfín) y dirigiendo un carro conducido por caballitos de mar o unos monstruos mitad caballos mitad serpiente. Poseidón posee un carácter temible por la cólera que puede desatar y fácil de enfadar. Uno de los personajes que más le encolerizó fue el héroe Odiseo a quien le castigó por su soberbia y por haber matado a su hijo Polifemo.


Fuente de Neptuno en Madrid.
Neptuno en su carro guiado por hipocampos, mosaico romano en Túnez.
    En el reparto del mundo él adquirió el control de los mares, aunque también puede despertar tempestades y brotar manantiales. Por tanto su poder no sólo se limita al mar, se extiende a todas las corrientes de agua y lagos que hay en tierra. Relacionado con sus competencias marinas está la de proteger la navegación, además está asociado con los caballos y la hípica. La asociación de Poseidón con los caballos no es algo casual y aislado, con la diosa Deméter engendra al caballo Arión, con Medusa al caballo Pegaso, la coz de un caballo fue el origen de la fuente Hipucrene (“fuente del caballo”), en el Helicón. En su honor se celebraban los juegos Ístmicos en Corinto, reunión panhelénica inferior a los Juegos Olímpicos pero de gran importancia.

"Neptuno calmando la tempestad", de Rubens.
"Neptuno calma la tempestad", de L. S. Adam.
       Poseidón y Apolo participaron en la construcción de la muralla inquebrantable de Troya, cuando la obra hubo terminado el rey troyano Laomedonte se negó a pagarles. Apolo desató su ira con una plaga y Poseidón envió a un monstruo que asolaba a los pueblos troyanos, además de jurar odio eterno hacia dicho pueblo y no descansó hasta que fue destruido por los aqueos.

"Neptuno crea el caballo", de J. Jordaens.

"Los caballos de Neptuno", de Walter Crane.
      Una vez que los humanos se organizaron en polis, los dioses decidieron escoger una o varias para ser su protector. Sin embargo, en más de una ocasión varios dioses señalaban la misma ciudad, y ahí comenzaban las disputas en las cuales Poseidón fue el perdedor en la mayoría. Con Helios disputó por la ciudad de Corinto, con Zeus por la región de Egina, en Naxos por Dionisio, en Delfos por Apolo… 

Poseidón rodeado de seres marinos, mosaico romano en Ostia.
     La disputa más conocida fue la de Atenas donde Poseidón fue el primero en tomar posesión del lugar, hizo botar gracias a su tridente un mar en la cima de la Acrópolis (según Pausanias este mar se refiere a un pozo de agua salada situado en el Erecteo). Cuando llegó Atenea plantó un olivo y reivindicó la soberanía del lugar. Según varias versiones, el jurado para dictaminar qué dios gobernaría sobre la región sería o los propios dioses olímpicos o los habitantes humanos; en tal caso, el jurado falló a favor de Atenea. Este episodio está representado en uno de los frontones del Partenón de Atenas, y los atenienses no se olvidaron de Poseidón ya que le dedicaron un templo de la Acrópolis: el Erecteion, que acogía el doble culto a Erecteo y a Poseidón.
"Disputa entre Minerva y Neptuno", de Nöel Hall.
        A pesar de todo, Poseidón era el señor de una maravillosa isla: la Atlántida, hogar de los Atlantes. Se decía que esta población vivía en una isla que se extendía frente a las Columnas de Hércules. Según Platón, la isla y sus habitantes desaparecieron para siempre debido a un cataclismo.

"El triunfo de Neptuno y Anfitrite", de Poussin.


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